sábado, 27 de febrero de 2010
Vivir tiene un precio
¿No sería mejor, que como ciudadanos libres podamos decidir ponerle precio a un órgano de los que disponemos en par? Diga NO al tráfico de órganos. Mi cuerpo es MÍO y yo vendo lo que quiero.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
